En 1996 la primera plataforma digital específicamente diseñada para albergar juegos de azar online se puso en funcionamiento. Desde ese momento y, de una forma gradual, la tecnología comenzó a idear nuevos mecanismos y resortes para garantizar una experiencia de juego de alta calidad. Uno de los retos más importantes fue construir un sistema capaz de facilitar y conservar la características distintiva de este tipo de juegos: Su capacidad para generar y depender de forma exclusiva del azar. Para ello, las ciencias matemáticas han jugado un papel fundamental. ¿Has oído hablar alguna vez de los RNG? A continuación, te hablamos de ello. ¡Toma nota!
La mayor parte de los formatos que podemos encontrar en las plataformas online pueden funcionar gracias a la implementación de generadores de números aleatorios (RNG). A partir de un proceso automatizado, el sistema puede materializar una secuencia de números aleatorios por cada milisegundo. ¿Sabías que las slots no tienen ningún sistema de memoria para garantizar que se almacenen o almacenen los resultados generados y garantizar la plena aleatoriedad?
Aunque puede que hoy estos sistemas no nos resulten particularmente especiales, antes de la llegada de la Inteligencia Artificial resultaba difícil imaginar un sistema de control tan complejo y sólido. Pero, ¿qué son exactamente los RNG? Los Generadores de Números Aleatorios o RNG son unos programas que están configurados para garantizar la reproducción de resultados arbitrarios.
Su algoritmo determina el funcionamiento azaroso de los mecanismos que encontramos en los formatos de plataformas especializadas garantizando que, del mismo modo que ocurre en los establecimientos físicos, los juegos y su mecánica responden a la aleatoriedad.
Aunque es posible identificar diferentes tipos de RNG los más frecuentes son los de tipo pseudoaleatorio. Su características más llamativa es que no necesitan la entrada de información externa para poder generar de forma efectiva un resultado aleatorio. Para ello, utilizan una serie de algoritmos que se integran a partir de una serie de números denominados “números semilla”.
Su completa independencia es posible gracias a que son los propios RNG los que producen de forma autónoma sus nuevos números semilla y estos a su vez un nuevo resultado de forma cíclica, generalmente, por cada milisegundo. En general, este tipo de sistemas suelen integrar varios algoritmos distintos y hacen uso de diferentes dígitos (en la mayor parte de los casos el último dígito) ejecutando fórmulas basadas en multiplicación o sustracción.
En las épocas más tempranas de la digitalización las plataformas de juego online no contaban con algoritmos complementarios interconectados con RNG. Sin embargo, con el desarrollo tecnológico, se multiplicaron las limitaciones de los sistemas clásicos a la hora de responder a las nuevas necesidades, especialmente en las funciones de barajado aleatorio. En la primera década de los años 2000 la implementación de soluciones más robustas fue generalizándose. Además, poco a poco comenzaron a aparecer nuevos retos y fisuras a nivel técnico. Una de las principales carencias tenía que ver con la colusión de usuarios o las prácticas poco transparentes lo cual explica la fuerte orientación al diseño de soluciones más seguras y transparentes. Los algoritmos deterministas han adquirido una popularidad especial y hoy son capaces de garantizar contextos más seguros y fiables.
Las plataformas que operan con licencia deben pasar un escrupuloso seguimiento periódico realizado por empresas externas. A partir de diferentes exámenes, estos proveedores llevan a cabo una auditoría técnica que acredita cada formato. Aunque la entidad responsable varía en función del país o el cliente, eCogra o Giming Laboratories Internacional son algunas de las más populares.
Por supuesto, sus valoraciones van más allá de los generadores de números aleatorios y el componente algoritmo y matemático de sus sistemas. En realidad, se trata de una evaluación global en la que entran en juego otros aspectos relevantes como los procesos de verificación, la vulnerabilidades o potenciales carencias en términos de protección o los procesos de pago.
Los casinos online que superan los requerimientos obtienen una acreditación legal que ratifica su total transparencia y seguridad en lo que respecta al concepto de aleatoriedad.
Este tipo de controles suelen estar sujetos a unas exigencias bastante rígidas aunque, tal y como ocurre con la regulación, podemos encontrar llamativas diferencias en función del área geográfica.
Por ejemplo, en Reino Unido los casinos no tienen la capacidad legal para poder implementar modificaciones en este sentido de forma autónoma o independiente. En caso de que deseen hacerlo deben hacer llegar una notificación a sus respectivos estados para que un inspector autorizado dé luz verde.
Como podemos ver, más allá de lo que se tiende a creer, existe un control altamente preciso y sistemático para proteger la integridad y la legalidad de estos espacios así como de los juegos y formatos que los componen. Los RNGs ocupan un papel protagónico en tanto que son algoritmos altamente complejos capaces de proveer de garantías plenas en términos de seguridad y fiabilidad.